No tenerte a mi lado, se vuelve cada día más intolerable.
Cada luna llena, me invade el deseo de poseerte cuanto antes.
Puedo oirte susurrando mi nombre a la distancia, y el viento me ha traido tus caricias y suspiros.
Te he visto entre sombras...Reflejada en espejos de antaño, empañados por el tiempo.
Me gusta imaginarte en esos últimos minutos de conciencia por las noches, justo antes de dormirme...imaginar cada parte de tu cuerpo, recorrerte desde los cabellos hasta el esmalte negro de tus uñas; Lo terzo de tu piel, tus pezones perfectamente redondos coronoando cual cereza a tus senos. Y esas piernas tan torneadas y jugosas...Me provocan recorrerlas con mis labios, disfrutando de tu aroma y tu energía.
Me resulta elecrtizante tu mirada, lo platico siempre con la almohada.
Apesar de todo...Me han dicho que, el momento más oscuro del día, es justo antes del amanecer.
Hoy le conté a Dios de mis planes y anhelos, y de lo delicada y poderosa que te encuentro...Por primera vez no se ha reído. Me ha mirado serio mientras le contaba, y al terminar me abrazó con una gran sonrisa. No me ha dicho nada. Pero yo he comprendido que ahora soy bendito.
