sábado, 26 de septiembre de 2009

Capricho otoñal

Los vidrios del coche se empañaron aquella tarde...Con largos silencios; que para empeorar el asunto, ya ni resultaban incómodos. Eran tan habituales como las peleas de las 5 de la tarde. Tan habituales como mis cervezas del fin de semana...Qué refinado me he vuelto desde entonces. Sólo confirma mi teoría de que me anclabas.

Te apareces como un fantasma de vez en cuando...cada que pienso que te he olvidado, apareces en un cuadro o en equis canción ¿Qué es lo que quieres de mí, pérfido ser espectral?
¿Acaso tan grande fue mi error de amar a destiempo?

Gris y sombría se torna mi alma cada que se te ocurre por mero capricho aparecerte...¡Hasta en la sopa del medio día, maldita sea!

Y yo sé que leerás ésto...tarde que temprano...más tarde que temprano. Por que te produce morbo...Te da un enfermizo y secreto placer (secreto hasta para ti) el enterarte de mi desgracia.

¡Qué vergüenza! ¡Qué coraje! El verme aplastado en el colchón con los pensamientos perdidos en el plano amargo donde guardo (Celosa y estúpidamente) tus recuerdos...

Cuánta tempestad...cuánta resignación...

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